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La triple perspectiva del Adviento, según el arzobispo de México

Ciudad de México (Lunes, 06-12-2010, Gaudium Press) Para el Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo de México y Primado del Perú, el adviento se debe considerar desde una triple perspectiva: «El Adviento cristiano es preparación para celebrar la venida de Cristo que ya se realizó hace dos mil años, también es preparación para la venida final [ndr.; la segunda venida de Jesucristo, al final del los tiempos], pero principalmente es preparación para recibir a Aquél que está a la puerta y quiere entrar en nuestra vida», afirmó el purpurado en la homilía proferida ayer en la Catedral metropolitana de la capital azteca.

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La Virgen con el Niño Dios y Juan el Bautista

Foto: Victor Toniolo

Esta tercera ‘venida’, la de Cristo que quiere entrar en nuestro espíritu, puede ser considerada bajo la misión y palabras de Juan El Bautista, el personaje principal del evangelio del segundo domingo de adviento, quien no solo anunció y testimonió la presencia de Jesús en medio de los hombres, sino que con ella profetizó la inminente venida del Reino de Dios: «Hoy hemos escuchado que Juan comenzó a predicar diciendo: «Conviértanse, porque el Reino de los cielos está cerca». Convertirse, significa originalmente cambio de espíritu y de corazón. Es dejar el camino equivocado y seguir un camino mejor: el de Aquél que dijo: ‘Yo soy el camino, la verdad y la vida’. Convertirse no puede consistir sólo en ‘dejar de portarse mal’, sino en emprender una vida nueva. Convertirse implica un profundo cambio de mentalidad, en donde se dejan los criterios del mundo y se abrazan los criterios del evangelio. La conversión auténtica nos debe llevar a rechazar la injusticia, la violencia y el odio para implantar la justicia, la paz y la reconciliación», dijo el Cardenal Rivera.

Ampliando su mensaje sobre esta ‘tercera venida de Cristo’, el primado de México invitó a los fieles a -tras las huellas del Bautista- «preparar el camino del Señor a enderezar los senderos»: «No podemos reducir la celebración de la Navidad al terreno de lo folclórico y ambiental. Necesitamos hacerle sitio a Jesús, barriendo todo aquello que el egoísmo y la injusticia han acumulado en nuestra vida personal y social y luchando por una sociedad en donde la paz, la tolerancia y la convivencia fraternal sean posibles y así acercarnos a los tiempos mesiánicos, en donde ‘El lobo habitará con el cordero, la pantera se echará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos y un muchachito los apacentará. La vaca pastará con la osa y sus crías vivirán juntas. El león comerá paja con el buey. El niño jugará sobre el agujero de la víbora; la creatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente y esta no le hará daño’ «, expresó, recordando las palabras del Salmo 72 en el que se describe un Reino perfecto, y que fue también una de las lecturas de la eucaristía de ese día.

Esta tercera venida de Jesús, representará el momento más feliz de la vida de cada uno. Invocando el hallazgo de la felicidad total, el Cardenal Rivera Carrera invitó a la feligresía a abrir las puertas del corazón a Jesucristo: «Sin duda alguna, el momento más feliz de Juan el bautista, fue cuando se encontró con el Maestro, cuando lo vio venir a su encuentro y pudo exclamar: ‘Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo, este es de quien yo les he hablado’. También para nosotros el momento más feliz debe ser el encuentro con Cristo que se hace presente en nuestra vida, cada vez que nos acercamos a su Palabra y a la Cena que nos ha preparado con su Cuerpo y con su Sangre, cada vez que podemos decir a los demás: «este es de quien yo les he hablado».

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