Con alegría, Iglesia de Santiago recibe a 10 nuevos seminaristas en Chile

Santiago (Miércoles, 06-03-2012, Gaudium Press) El domingo 3 de mayo la Iglesia de Santiago dio la bienvenida a 10 nuevos seminaristas, quienes junto a sus familiares y amigos arribaron hasta la capilla del Seminario Pontificio Mayor para celebrar la misa de acogida que fue presidida por el Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, y concelebrada por el Rector del Seminario, monseñor Fernando Ramos.

Los nuevos alumnos son: Pablo Alfredo Castillo Rojas, Gerardo Antonio González Büsse, Martín Guzmán Silva, Hernán Luis Jiménez Roa, Ricardo Matías Peralta Muñoz y Sebastián Ruiz-Tagle Álvarez, Aldo Francisco Rodríguez Guerrero, Mitchel Esteban Artigas Quintero, Hugo Adrián Fernández Valiente y Diego Miguel Pereira Azcurra.

Mons. Ezzati habla a los feligreses

En su mensaje de bienvenida, monseñor Ramos señaló a los presentes que «esto es expresión de la vida de la Iglesia, que es multifacética, por una parte, estamos esperando el nombramiento de otro Papa, otro Pastor Universal de la Iglesia, pero aquí, a miles de kilómetros, la vida de la Iglesia sigue marchando en su cotidianeidad, como esta recepción de nuevos seminaristas que van a comenzar su formación sacerdotal. Estas vocaciones son expresión de fe».

Y agregó: «Consagrar la vida al Señor es un camino de alegría, de gozo, no sólo para esa persona, sino para toda la Iglesia».

«No les faltará la maternal protección de la Virgen María»

Durante la homilía, monseñor Ezzati expresó a los nuevos seminaristas que «en una hora desafiante como la presente, no les faltará la gracia y la fuerza de quien llama, ni la maternal protección de la Virgen María, y tampoco les faltará la compañía de hermanos y hermanas que con ustedes comparten la fe inquebrantable en el Resucitado, que ha vencido al enemigo mentiros, su soberbia y sus intrigas».

Comentando los textos de la liturgia dominical, el prelado destacó que al igual que la misión encomendada a Moisés, hoy también «Dios pone cosas grandes en manos frágiles y débiles». Al igual que la parábola de la higuera estéril, precisó que la misericordia de Dios «a pesar de nuestra fragilidad humana, nos ofrece la posibilidad de dar frutos abundantes».

Y añadió: «La Iglesia debe ser voz e instrumento de liberación, de esa libertad que el Señor quiera para cada uno de nosotros, para su pueblo, la liberación del pecado y del mal, la liberación de todos los males».

Testimonios

En diálogo con la prensa de la arquidiócesis Aldo Rodríguez, de la parroquia Santo Domingo de Guzmán, de la ciudad de San Felipe comentó respecto de su decisión de ingresar al Seminario que «el Señor nos invita siempre a estar cerca de Él, para que uno sea un instrumento suyo para que los otros puedan llegar a Cristo. Me motiva a ser sacerdote el gran amor de Dios. En la parroquia participaba como acólito, visitaba a los enfermos y colaboraba en la radioemisora comunitaria».

Por otro lado, Hugo Fernández, proveniente Paraguay, indicó que «el obispo coadjutor de Asunción busca una nueva experiencia de integración latinoamericana entre los futuros sacerdotes de la arquidiócesis, con una formación un poco más heterogénea. Yo quiero ser sacerdote por el amor que surge dentro de mí hacia las cosas de Dios y, más todavía, de acercar a Cristo a las personas a través de los sacramentos, vocación a la que me ha ayudado mi familia. Hablar de Cristo en la casa es cimentar el verdadero amor y el crecimiento de una familia estable, unida y feliz».