martes, 12 de noviembre de 2024
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Cómo rezaba Santo Tomás de Aquino

1.jpgRedacción (Jueves, 07-11-12013, Gaudium Press) La oración que sigue fue concebida por Santo Tomás de Aquino. Ella sirve para conocer un poco de la mentalidad y los pensamientos del autor de la Suma Teológica:

«Concededme, Dios misericordioso,
Aquello que os agrada:

Ardientemente desear,
Prudentemente investigar,
Sinceramente apreciar,
Perfectamente consumar.

Para alabanza y gloria de vuestro nombre,
Ordenad mi estado;
Lo que me queréis conceder,
Hacedme conocer;
Lo que es necesario y útil a mi alma,
Ayudadme a ejercer.

Agradeciéndoos en las prosperidades,
Conservando la paciencia en las adversidades,
No dejándome exaltar por aquellas,
Ni desanimando con éstas.

Que nada me alegre sino lo que me lleva a Vos,
Ni me entristezca, sino lo que me aleja de Vos,
Que a nadie desee complacer, o temer desagradar, sino a Vos.
Que las cosas pasajeras a mí se humillen por Vos,
Estimadas me sean todas vuestras cosas, mas Vos,
Oh Dios, más que todo.

Que me causen disgusto todas las alegrías sin Vos,
Que nada más desee además de Vos.
Que me deleite el trabajo por Vos,
Y que me sea tedioso el reposo sin Vos.

Dadme constantemente un corazón por Vos elevado,
Con dolor y propósito de enmienda por mis faltas, ponderado.
Hacedme, mi Dios:
Humilde sin simulación,
Alegre sin disipación,
Serio sin depresión,
Oportuno sin opresión,
Ágil sin frivolidad,
Veraz sin duplicidad,
Temiéndoos sin desesperación,
Confiado sin presunción,
Corrigiendo al prójimo sin pretensión,
Edificándolo por la palabra
Y por el ejemplo, sin ostentación;
Obediente sin contradicción,
Paciente sin murmuración.

Dadme, oh dulcísimo Dios, un corazón:
Vigilante, que no se aleje de Vos por ningún curioso pensamiento,
Noble, que no lo rebaje ninguna indigna afección,
Invencible, para que no flaquee bajo ninguna tribulación,
Íntegro, que no sea seducido por ninguna violenta tentación,
Recto, que no se desvíe por ninguna perversa intención.

Concededme, generosamente, Señor mi Dios:
Una inteligencia para conoceros,
Un amor para buscaros,
Una sabiduría para encontraros,
Una vida para agradaros,
Una perseverancia fiel para esperaros,
Y, por último, una confianza para abrazaros.

Que yo sea traspasado por vuestras penas, por la penitencia,
Que en el camino sea agraciado por vuestros beneficios, por la gracia,
Y pueda gozar de vuestras alegrías en la Patria, por la gloria.
Amén».

Texto de la oração Concede michi extraído de: Guillermo de Tocco. Ystoria sancti Thome de Aquino, cap. 29. In: Ibid. Ed. Claire Le Brun-Gouanvic. Toronto: Pontifical Institute of Mediaeval Studies, 1996, p. 156, l. 56-86. Tradução propia.

(In: Lumen Veritatis, n. 18; p. 115-117).

 

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