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Tacloban (Jueves, 19-12-2013, Gaudium Press) Filipinas aún sufre los estragos del super tifón Yolanda, que arrasó vastas zonas del territorio y causó miles de muertes. Pero los sobrevivientes trabajan para rehacer sus vidas y cargar con la cruz del dolor por los seres queridos que fallecieron. Al término del período de 40 días de duelo, cientos de fieles se congregaron en una Eucaristía campal por el alma de las víctimas.
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| El super tifón Yolanda dejó una estela de destrucción en la que se destaca la fortaleza de la fe del pueblo filipino. Foto: Nassa. |
«La gente aquí ha aceptado que las personas que amaban ya no volverán», explicó a los medios de comunicación el P. Amadeo Alvero, de la Parroquia del Santo Niño en Tacloban, quien presidió la Eucaristía. «Sin embargo, tienen dificultades para levantarse de nuevo porque aún no tienen casas apropiadas, no hay electricidad, y muchos han perdido sus empleos», relató.
El Padre Alvero recorrió las ruinas de los lugares donde fallecieron más personas y roció agua bendita en los sitios donde se rescataron los cuerpos de las víctimas. «En mi homilía les dije que los fallecidos no cesan su relación con sus parientes. Les dije que necesitamos continuar orando a Dios», relató el sacerdote.
La Iglesia sufriente
Pero la prueba no sólo es vivida por los fieles. Muchos de los sacerdotes son también víctimas y han perdido no sólo a algunos de sus seres queridos, sino también los bienes confiados a su cuidado en sus parroquias e incluso los elementos litúrgicos necesarios para su apostolado.
Por este motivo, la Iglesia en Filipinas también ha provisto ayudas para sus sacerdotes, si bien los primeros esfuerzos se concentraron en la atención de emergencia de los fieles. El pasado 15 de diciembre llegó a la Arquidiócesis de Palo una dotación de Vasos Sagrados y ornamentos litúrgicos procedente de la Arquidiócesis de Cebú tras la solicitud de apoyo elevada por el Arzobispo de Palo, Mons. John Du.
«Nos hemos convertido en una comunidad eclesial que atiende las necesidades de nuestros hermanos menos afortunados», motivó el Arzobispo de Cebú, Mons. José Palma al anunciar la llegada de la ayuda en el periódico oficial arquidiocesano. Las donaciones provinieron de toda la comunidad católica en Cebú e incluyeron cálices, patenas, casullas, estolas y otros elementos empleados en el culto divino.
Mons. John Du había anunciado anteriormente que 70 de las 76 parroquias de la Arquidiócesis de Palo habían sido arrasadas por el super tifón, justo cuando se clausuraban las celebraciones por los 75 años de creación de la Arquidiócesis.
Con información de CathNews e Inquirer News.
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