martes, 23 de abril de 2024
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La ayuda de la Iglesia a los damnificados de Filipinas es signo de unidad: Cardenal Tagle

Manila (Martes, 04-02-2014, Gaudium Press) Al recibir la visita del Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados unidos (USCCB), Mons. Joseph Kurtz, el Cardenal Luis Antonio Tagle, Arzobispo de Manila, Filipinas, expresó lo mucho que significa para el país el recibir la solidaridad de la Iglesia en todo el mundo tras la devastación causada por el super tifón Yolanda – Haiyán.

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La destrucción causada por el super tifón ha motivado el testimonio de unidad y caridad de la Iglesia. Foto: CAFOD. 

«Nosotros conocimos que era posible para la humanidad estar juntos, ser uno, sentir al otro y trascender las barreras», comentó el Cardenal, según relató CNS. «Simplemente oramos para que esto sea sostenido y no se haga esporádico. Esperamos que se convierta en un estilo de vida liderado por los cristianos». La respuesta a estos comentarios del purpurado filipino por parte del Arzobispo norteamericano compartió estos sentimientos: «Sabemos que hay una sola Iglesia y queremos ser compañeros suyos», afirmó Mons. Kurtz.

La Iglesia, testimonio activo de caridad

Las palabras de los dos prelados resumen en un concepto espiritual de unidad cristiana una realidad que se traduce en el intenso trabajo de la Iglesia en favor de los damnificados por el desastre natural. «Durante la emergencia, la gente acudió a la Iglesia», explicó a Independent Catholic News el P. Oscar Florencio, responsable de la atención a las víctimas en la Diócesis de Palo. «Nuestros voluntarios de la Iglesia fueron los primeros en responder, entregando comida, dando suministros de emergencia».

En Filipinas, un archipiélago azotado con frecuencia por desastres naturales, las parroquias se han convertido en centros de ayuda que prestan refugio, asistencia sanitaria, distribución de alimentos y apoyo para personas desplazadas. «Por lo menos para mí se ha convertido en una lección especial», afirmó el Cardenal Tagle. «En momentos como estos un lugar de culto se hace también un lugar de caridad». Para los pobladores el templo es sagrado no sólo «por los sacramentos y la oración, sino por la creencia de que pueden encontrar refugio aquí. Es nuestro hogar».

La ayuda que presta la Iglesia, es hecha a través de sacerdotes y religiosas que también son víctimas y deben sobrellevar su propio sufrimiento mientras alivian el dolor de los demás. «La estructura de la Iglesia está en estado de shock», describió el Arzobispo de Manila. «Hemos estado ofreciendo ayuda emocional y psicológica».

El Cardenal agradeció especialmente todos los esfuerzos de cooperación internacional que hacen posible la labor humanitaria de la Iglesia en Filipinas. Sólo en Estados Unidos la agencia Catholic Relief Services ha recaudado 48 millones de dólares para la ayuda de los damnificados filipinos, mientras que se proyecta que las parroquias estadounidenses aporten cerca de nueve millones adicionales para los esfuerzos de recuperación.

Según el purpurado la recuperación y reconstrucción de las áreas afectadas tomará años a causa del nivel de devastación de las mismas. Los estragos del super tifón alcanzaron 12 diócesis en la zona central del país. En algunos lugares, el noventa por ciento de los edificios y hogares sufrieron daños severos. Más de 550 mil hogares fueron reducidos a escombros.

Con información de Catholic News Service e Independient Catholic News.

 

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