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Ciudad del Vaticano (Lunes, 03-11-2015, Gaudium Press) Ayer, en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco celebró la Misa en sufragio por los cardenales y obispos fallecidos durante el año, como es tradición. En su homilía, el Pontífice pidió a Dios que estos difuntos «puedan disfrutar de la alegría plena, en la comunión de los santos». La homilía fue también la ocasión para que el Papa hablase de lo que es una vida «que imita a Cristo».
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| Foto: Rome Reports |
«Quién sirve y da, parece un perdedor a los ojos del mundo. En realidad, perdiendo la vida, se encuentra. Porque una vida que se despoja de si misma, perdiéndose en el amor, imita a Cristo: vence a la muerte y da la vida al mundo. Quién sirve, salva. Por el contrario, quien no vive para servir, no sirve para vivir».
Esta vida de servicio lleva a una «victoria humilde», como la de Jesús. «Alzado en la cruz, deja que el mal y la muerte se ensañen contra El, mientras continúa amando. Para nosotros es difícil aceptar esta realidad. Es un misterio, pero el secreto de este misterio, de esta extraordinaria humildad, reside en el poder del amor… Así Jesús no sólo vence el mal, sino que lo transforma en bien…Ha hecho de la cruz un puente hacia la vida. También nosotros podemos vencer con Él, si elegimos el amor servicial y humilde, que se mantiene victorioso por la eternidad», expresó el Papa Francisco.
El Papa terminó su homilía repitiendo la invitación de San Pablo a «pensar en las cosas de arriba, no en las de la tierra».
Con información de Radio Vaticano
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