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Seúl (Miércoles, 30-12-2015, Gaudium Press) La Catedral de Myeongdong, en Seúl, Corea del Sur, fue la sede de un acontecimiento excepcional con motivo del Jubileo de la Misericordia el pasado 18 de diciembreel pasado 18 de diciembre: una fila de 30 tiendas de campaña fue instalada en el atrio del templo para que el Cardenal y cerca de 30 sacerdotes administraron el Sacramento de la Penitencia a los jóvenes al aire libre. La particular disposición de estos confesionarios de campaña atrajo la atención de las personas circundantes y se llegaron a administrar más de 450 confesiones durante la jornada.
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| La Catedral de Myeongdong, en Seúl, Corea del Sur, con los confesionarios de campaña preparados para la jornada juvenil. Foto: Arquidiócesis de Seúl. |
El evento fue esencialmente nocturno y comenzó a las 7 y 30 de la tarde con un tiempo de reflexión dentro de la Catedral. Los jóvenes presentes tuvieron tiempo de orar, reflexionar y arrepentirse de sus pecados. Himnos religiosos y lecturas de las sagradas escrituras fueron hechos para conservar el ambiente de reflexión durante treinta minutos de preparación. A las 8 de la noche comenzó a administrarse el sacramento en las tiendas de campana y los jóvenes fueron saliendo de la Catedral para confesarse uno a uno.
«Los jóvenes son una posesión preciosa de la Iglesia Católica», explicó a Zenit el director del Departamento de Juventud de la Arquidiócesis de Seúl, P. Peter Yang Jang-ook. «En nuestra sociedad moderna sin embargo no es fácil para los jóvenes mantener su fe. Por tanto hemos querido ofrecerles una oportunidad de sentir la misericordia de Dios».
Una de las jóvenes presentes en el evento declaró a la agencia sus impresiones y su sorpresa frente al efecto espiritual de la jornada: «Al principio pensé que no había mucho que decir pero mientras me sentaba en la Catedral todos estos pensamientos y reflexiones comenzaron a llegar a mi mente. Estaba llorando bastante fuerte cuando me senté en frente de la tienda al iniciar mi confesión», explicó. «Todo el proceso fue como un tiempo de sanación para mí. La voz que venía de dentro de la tienda era muy amable y cálida; sentí como si Jesús estuviera escuchando mi confesión».
Las tiendas de campaña estuvieron dispuestas de manera en que los jóvenes no tenían un contacto directo con los sacerdotes sino a través de una delgada tela protectora que suplió la rejilla del confesionario tradicional. Según fuentes de la Arquidiócesis, la jornada de confesiones se extendió aproximadamente hasta las 10 de la noche. Además del Cardenal, un Obispo y 30 sacerdotes, cerca de 50 voluntarios colaboraron para la realización del evento.
Con información de Zenit
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