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Cracovia – Polonia (Jueves, 28-07-2016, Gaudium Press) Durante la realización de esta JMJ Cracovia-2016, momentáneamente, el Papa Francisco se aleja de las multitudes para visitar el campo de concentración de Auschwitz, lugar donde, hace 75 años, murió San Maximiliano María Kolbe.
El Padre Kolbe fue un fraile franciscano que fundó la Milicia de la Inmaculada, un movimiento de evangelización con más de tres millones de miembros en 48 países.
Pero él es más conocido por un gesto increíble e inesperado que practicó:
Cuando era prisionero en Auschwitz pidió morir en lugar de otro prisionero que era casado y tenía varios hijos.
Para el Padre Raffaele di Muro, presidente internacional de la Milicia de la Inmaculada, «sus últimos días son los que más llaman la atención, a pesar de que exista mucho más por detrás de esta figura extraordinaria. Él fue un gran apóstol a lo largo de toda su vida».
Monasterio Asilo
En Polonia, San Maximiliano fundó también un monasterio llamado de «Ciudad de la Inmaculada» que acabó por transformarse en un centro de propaganda antinazista, aún en plena II Guerra Mundial, en una Polonia ocupada.
Y no demoró mucho para que este Monasterio se transformase en un asilo seguro para refugiados.
Según el Padre Raffaele, «Maximiliano sabía que algo debería ser cambiado en aquella estructura. No podría ser una casa dedicada a la prensa y la radio, sino que debería ser un asilo para refugiados. Esa fue su profecía. Él transformó una editora en un albergue para refugiados».
Los Papas y Auschwitz
Juan Pablo II y Benedicto XVI estuvieron en Polonia y visitaron la celda donde San Maximiliano pasó sus últimos días. Cada uno de ellos allí rezó y lanzó un mensaje al mundo.
En la mañana del día 29 de julio, viernes, el Papa Francisco visitará también este campo de concentración y, en silencio, estará también en el lugar del martirio de Padre Kolbe.
Para el Padre Raffaele, Francisco, que ha dado especial atención a las Obras de Misericordia, irá más allá de una simple recordación de un sacrificio:
«Creo que el Papa quiere enviar una señal fuerte para el mundo yendo hasta aquel lugar. Es un aviso: ‘Vamos con cuidado para que Auschwitz no suceda nuevamente’. Ahí sí hará un gran ruido, con mucho respeto por lo que ocurrió y amor por las víctimas, en una actitud de reflexión y con gran dolor personal». (JSG)
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