sábado, 20 de abril de 2024
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La tierra sin Domingo: una reflexión sobre la sacralidad del Día del Señor

Shawnee, Oklahoma (Lunes, 29-08-2016, Gaudium Press) En 1955, Maria Von Trapp, la mujer cuya historia inspiró el famoso musical La Novicia Rebelde, escribió un ensayo titulado «La Tierra sin Domingo», sobre la eliminación del descanso dominical en la Unión Soviética como un medio de erradicación de la cultura cristiana. Sin embargo el texto, analizado recientemente por el Profesor auxiliar de Filosofía de la St. Gregory’s University de Estados Unidos Alexander Schimpf no se queda ahí: relata cómo la familia Von Trapp al llegar a Estados Unidos ve a una sociedad que ha perdido la noción de este día sagrado.

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El tiempo libre en familia del día Domingo corre riesgo de perder su sentido al no referirse a Dios. Foto: Marjory Collins

Las maniobras denunciadas por Von Trapp para eliminar el Domingo incluían el trabajo por turnos, la variación de días de trabajo y la posibilidad de recibir un día de descanso aleatorio durante la semana. Incluso si alguien pudiera descansar el domingo, la sociedad a su alrededor no lo hacía y nada se detendría. Pero la sociedad estadounidense de los años 30 le recordó otra forma de desaparición del día de descanso ordenado por Dios.

El típico domingo para muchas personas parecía consistir simplemente en levantarse tarde, ir de afán a la Iglesia cerca de medio día y volver para hacer actividades tan monótonas como podar el césped o lavar el auto. Para Von Trapp, esta idea de Domingo tiene poco qué ver con el concepto judío del Sábado o la vivencia cristiana del Día del Señor.

El descanso para desarrollar el espíritu

Schimpf profundiza en esta idea, apoyándose en un texto del filósofo Josef Pieper, titulado «Ocio: la base de la cultura». El pensador recorre la historia de la humanidad y reconoce que el tiempo de descanso es de gran importancia para el desarrollo de la cultura, cuando trasciende su sentido de ser simplemente «tiempo fuera del trabajo» para convertirse en una actitud de mente «receptiva, relajada y celebrativa», en la cual la persona puede prestar atención más profunda a la realidad.

Pieper encuentra el origen de este tipo de descanso en el Culto Divino, ya que la religión es la razón primordial por la cual los seres humanos hacen un alto en las actividades. «Sólo la adoración ha superado el trabajo. Es el culto el que ha dado origen al tiempo libre», recuerda Schimpf. Por este motivo, propone que para recuperar el auténtico sentido del Domingo y del descanso, hace falta «recuperar la religiosidad del Domingo, orientar nuestras familias y culturas más plenamente al Culto Divino».

«Podemos asistir a la Eucaristía, pero ¿qué más hacemos el Domingo que nos abra a Dios? ¿En realidad nos abstenemos del trabajo y oficios durante el día?», cuestionó Schimpf. «¿Oramos privadamente?¿Catequizamos a nuestros niños o hablamos sobre Dios con nuestra familia? ¿Buscamos recreaciones con nuestra familia que puedan ser referidas a Dios?». Para el autor, las respuestas afirmativas indican que ese día ha recuperado su noción original y su participación en el descanso del Creador relatado en el libro del Génesis.

Con información de Aleteia.

 

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