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La Iglesia Católica celebra hoy, 8 de agosto, la memoria litúrgica de Santo Domingo de Gusmán, fundador de la Orden de Predicadores, los Dominicos.
Redacción (08/08/2022 12:12, Gaudium Press) Nacido en España en el año 1170, Santo Domingo nació en el seno de una familia noble, católica y acomodada. Desde temprana edad se dedicó a sus estudios, sintiendo el llamado al sacerdocio a los 24 años.
Por su inteligencia y ardor en la evangelización, Santo Domingo fue enviado por el Papa Inocencio III a combatir a los herejes albigenses y propagar el Evangelio. En 1215, el Santo fundó la Orden de los Frailes Predicadores, los Dominicos, con el fin de evangelizar.
La nueva orden religiosa fue reconocida por la Santa Sede el 22 de diciembre de 1217.
Un día, mientras Santo Domingo rezaba en la capilla del primer monasterio de la Orden Dominica, se le apareció Nuestra Señora y le entregó el Rosario: el arma que usó en innumerables prédicas para convertir a la fe católica a miles de herejes. El 6 de agosto de 1221, a la edad de 51 años, Santo Domingo de Guzmán entregó su alma a Dios, siendo canonizado por el Papa Gregorio IX.
Frases de Santo Domingo de Guzmán
01 – “El Santo Rosario es la mejor artillería contra los demonios y sus seguidores”.
02 – “¡Por el Rosario y el Escapulario, Nuestra Señora salvará al mundo!”.
03 – “Quien con devoción sirve a la Santísima Virgen mediante el rezo del Rosario, infaliblemente recibirá bendiciones según sus necesidades espirituales y temporales”.
04 – “Ves los maravillosos resultados que tuve al predicar el Santo Rosario. Tú y los que aman a la Virgen deben hacer lo mismo, a través del santo ejercicio del Rosario atraeréis a todos a la verdadera ciencia de las virtudes”.
05 – “Nadie que persevera en la devoción al Santo Rosario se condenará”.
06 – “Hablar sólo con Dios o de Dios”.
07 – “Ármate con la oración, no con la espada; vístete con humildad, no con ropa fina”.
Oración a Santo Domingo de Guzmán
Oh Padre, por tu misericordia, Santo Domingo de Guzmán anunció las insondables riquezas de Cristo. Concédenos, por su intercesión, crecer en tu conocimiento y vivir en tu presencia según el Evangelio, fructificando en buenas obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu hijo, en la unidad del Espíritu Santo. Amén. (EPC)
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