Es una bendición, presente en el ritual romano anterior al Concilio Vaticano II.
Redacción (06/01/2023 10:08, Gaudium Press) Reproducimos a continuación la nota de Bruno M., aparecida en Infocatolica, sobre la tradición de las marcas de tiza en las puertas de las casas el día de Reyes:
He descubierto una preciosa costumbre que no conocía para la fiesta de la Epifanía, es decir, para el Día de los Reyes Magos. Se trata de una costumbre antiquísima, recogida en el antiguo Ritual Romano anterior al Concilio Vaticano II. Además, como buena costumbre católica, es divertida para niños y adultos, está ligada a la liturgia de la Iglesia y tiene un cierto aspecto de evangelización. ¡Es una ocasión estupenda para hacer graffitis con la bendición de la Iglesia!
La costumbre consiste en que, el seis de enero, los niños, ayudados por sus padres, escriben con tiza en las puertas de sus casas y de las de sus familiares la siguiente inscripción: Las dos primeras cifras del año, luego “+C+M+B+” y, finalmente, las dos últimas cifras del año. Es decir, en el año la 2011 inscripción sería: 20 + C + M + B + 11 (en el año 2023 sería 20 + C + M + B + 23). Por supuesto, todo ello cantando villancicos y con buenas dosis de sano jolgorio. La inscripción se deja hasta Pentecostés o hasta que la borre la lluvia.
¿Qué significan las letras de la inscripción? Son las iniciales, en latín, de “Christus Mansionem Benedicat”. Es decir, Dios bendiga esta casa. Una oración que nos vendrá muy bien durante todo el año y proclamará que nuestra casa es un hogar cristiano. Además, como la inscripción se realiza el día de la Epifanía, las letras también recuerdan, en latín, el nombre de los Reyes Magos (algo especialmente importante para los niños): “Caspar, Melchior et Baltassar”. En español, Gaspar, Melchor y Baltasar.
Según me dice mi hermano, en Alemania y en Austria sigue siendo una costumbre muy popular entre los niños y a menudo se pueden ver las puertas con su inscripción a partir de la Epifanía. La foto al comienzo del artículo es, de hecho, de una casa de Alemania. He oído decir que, en España, es una costumbre que se ha mantenido especialmente entre las familias mozárabes (¿quizá como un resto de tradición visigoda?). Agradecería a los lectores que me confirmasen este punto o, simplemente, contasen si esta costumbre se ha mantenido en su región. Quizá los lectores hispanoamericanos puedan decirnos también si la costumbre cruzó el océano hasta ultramar.
Además del hecho de realizar la inscripción, la costumbre de la Iglesia es realizar la bendición de las tizas antes de usarlas. Es algo que no suelen entender los agnósticos, pero, entre los católicos, se puede bendecir prácticamente todo. A fin de cuentas, eso fue lo que hizo Dios al crear las cosas: “Vio Dios que todo era bueno”.
A continuación, ofrezco mi traducción de la oración que se recoge para ello en el Ritual Romano antiguo. La bendición está pensada para un sacerdote, de manera que si es el padre de familia el que la hace, deberá omitirse el diálogo inicial y, en lugar de hacer la señal de la cruz, el padre puede echar agua bendita sobre las tizas:
Bendición de la tiza en la Fiesta de la Epifanía
℣. Nuestro Auxilio es el Nombre del Señor.
℟. Que hizo el cielo y la tierra.
℣. El Señor esté con vosotros.
℟. Y con tu espíritu.
Bendice ✠, Señor, esta criatura, la tiza, para que contribuya a la salvación del género humano, y concédenos que, por la invocación de tu santísimo nombre, todos los que la utilicen o escriban con ella en las puertas de su casa los nombres de tus santos Gaspar, Melchor y Baltasar, por su intercesión y sus méritos, reciban la salud del cuerpo y la protección del alma. Por Jesucristo nuestro Señor.
℟. Amén.
Antes de la bendición, se puede cantar un villancico y leer una lectura apropiada, como por ejemplo, Mt, 2, 1b-4. 7-8a. 9-11:
Escuchad, ahora, hermanos, las palabras del Santo Evangelio según San Mateo.
En aquel tiempo unos Magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando:
– ¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto su estrella y venimos a adorarlo. Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías.
Entonces Herodes llamó en secreto a los Magos y los mandó a Belén. Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto salir se puso a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María su Madre y cayendo de rodillas lo adoraron.
Palabra del Señor.
Finalmente, para los amantes del latín, aquí tienen la bendición original:
Benedictio Cretae In Festo Epiphaniae
℣. Adjutórium nostrum in nómine Dómini.
℟. Qui fecit caelum et terram.
℣. Dóminus vobíscum.
℟. Et cum spíritu tuo.
Béne ✠ dic, Dómine Deus, creatúram istam cretae: ut sit salutáris humáno géneri; et praesta per invocatiónem nóminis tui sanctíssimi, ut, quicúmque ex ea súmpserint, vel in ea in domus suae portis scrípserint nómina sanctórum tuórum Gásparis, Melchióris et Baltássar, per eórum intercessiónem et mérita, córporis sanitátem, et ánimae tutélam percípiant. Per Christum Dóminum nostrum.
℟. Amen.
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