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La Solemnidad de Nuestra Señora de La Vang fue presidida por el Arzobispo de Hue, Mons. Joseph Nguyen Chi Linh.
Mons. Joseph Nguyen Chi Linh rinde homenaje a la Santísima Virgen en el Santuario de La Vang. Foto: Arquidiócesis de Hue.
Hue (30/04/2020 15:49, Gaudium Press) Decenas de miles de fieles en Vietnam se unieron espiritualmente a la Solemnidad de Nuestra Señora de La Vang, Patrona del país, que se transmitieron a través de internet a causa del aislamiento preventivo por la pandemia de coronavirus. El prelado motivó a los fieles a confiarse a la protección maternal de la Santísima Virgen, cuya importancia y actualidad se hizo evidente de manera especial durante la contingencia.
“Por nuestra incapacidad para enfrentar la crisis, hoy venimos aquí para apelar profundamente a Nuestra Señora de La Vang para que nos salve de la pandemia de COVID-19”, predicó el Arzobispo de Hue, Mons. Joseph Nguyen Chi Linh, quien presidió la celebración, según reportó CNS. “Estamos aquí como nuestros antepasados en el pasado para recomendar nuestra vida y todas las cosas a Madre, Reina de la Paz. Por favor mantengan en paz a nuestra nación, la iglesia y el mundo”.
Mons. Chi Linh ofreció un ramo de flores a la imagen de la Santísima Virgen, acto que debió realizar bajo la lluvia. A diferencia de los Santuarios en Occidente, el de Nuestra Señora de La Vang es una explanada al aire libre. El templo más reciente, construido en 1928, fue destruido durante la guerra de Vietnam. Otro templo anterior había sido demolido durante las persecuciones a los cristianos en el siglo XIX. Bajo el régimen comunista, el Santuario no ha podido ser reconstruido. A pesar de constar simplemente de un monumento, la Vang es el lugar de peregrinación más importante del país.
Nuestra Señora de La Vang consuela a los perseguidos
Las apariciones de La Vang se registraron durante la persecución del emperador Canh Thinh, quien en 1798 prohibió la fe católica. Muchos creyentes tuvieron que huir de los poblados y refugiarse en bosques para salvar su vida. A pesar del peligro, los fieles se reunían cada noche para rezar el Santo Rosario bajo un árbol. Una noche los creyentes vieron entre las ramas la figura de una Señora vestida con un atuendo tradicional vietnamita con un niño en sus brazos y dos ángeles junto a ella. Los fieles reconocieron en ella a la Santísima Virgen y al Divino Niño Jesús. Nuestra Señora les consoló y les enseñó a preparar una medicina natural para aliviar sus enfermedades.
El relato de la aparición sólo fue conocido en 1802, cuando los fieles católicos pudieron retornar a sus poblaciones de origen y relataron el milagro. Ante la creciente devoción popular y las peregrinaciones al lugar del portento, una primera capilla fue edificada en el sitio en 1820. Diez años después, los creyentes padecieron una nueva persecución y esta dura realidad se ha reproducido repetidamente hasta la actualidad, cuando la Iglesia local padece restricciones a su libertad religiosa
Con información de Catholic Philly.
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