jueves, 21 de noviembre de 2024
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Papa en Timor Oriental: “No dejen de profundizar en la doctrina cristiana”

El Papa se ha reunido con los obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados, seminaristas y catequistas de Timor Oriental, en la catedral de la Inmaculada Concepción de Dili.

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Foto: Screenshot Vatican Media

Redacción (10/09/2024 13:01, Gaudium Press) «No dejen de profundizar en la doctrina cristiana, de madurar en la formación espiritual, catequética y teológica; porque todo esto es necesario para anunciar el Evangelio en su cultura y, al mismo tiempo, purificarla de formas y tradiciones arcaicas y, a veces, supersticiosas», con estas palabras el Papa Francisco ha alentado a los obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados, seminaristas y catequistas de Timor Oriental, con quienes se ha reunido la mañana de este martes, 10 de septiembre, en la catedral de la Inmaculada Concepción de Dili.

En el corazón de Cristo las periferias se han encontrado en el centro

Tras el saludo de bienvenida de monseñor Norberto de Amaral, Presidente de la Conferencia Episcopal de Timor Oriental, y después de haber escuchado el testimonio de una religiosa, un sacerdote y un catequista, el Santo Padre les ha dirigido un discurso en el cual ha recordado que Timor-Leste es un país «en los confines del mundo», pero al centro del Evangelio. Porque en el corazón de Cristo las periferias de la existencia se han encontrado en el centro.

«El Evangelio está poblado de personas que se hallan en los márgenes, en los confines, pero que son convocados por Jesús y se vuelven protagonistas de la esperanza que Él ha venido a traer».

El perfume de Cristo y de su Evangelio

Y refiriéndose a los esfuerzos y desafíos que los consagrados tienen que enfrentar en estas tierras, el Papa Francisco les ha propuesto reflexionar sobre el pasaje bíblico de la unción de Jesús en Betania, en la casa de Lázaro, Marta y María. Donde María ha ungido los pies de Jesús y ese perfume se ha difundido en la casa.

«Sobre esto quisiera detenerme con ustedes: el perfume, el perfume de Cristo y de su Evangelio, es un don que debemos custodiar y que estamos llamados a difundir. Custodiar el perfume y difundir el perfume. Meditemos sobre esto».

Custodiar el perfume

El primer aspecto que el Papa Francisco ha destacado ha sido el de custodiar el perfume. A los consagrados de Timor Oriental el Pontífice les ha recordado que siempre se necesita volver al origen del don recibido, porque hemos sido ungidos con óleo de alegría como lo describe el apóstol Pablo.

«Queridos hermanos, ¡ustedes son el perfume de Cristo! Y este símbolo no les es ajeno; precisamente aquí en Timor crece en abundancia el sándalo, cuya madera desprende una fragancia altamente valorada y buscada por otros pueblos y naciones. La misma Biblia alaba su valor, cuando narra que la reina de Sabá visitó al rey Salomón, ofreciéndole como regalo la madera de sándalo».

Custodiar el amor con el que el Señor ha perfumado nuestra vida

Asimismo, el Santo Padre ha dicho a los consagrados que son el perfume del Evangelio en este país. Pero no debemos olvidar que el perfume recibido del Señor debe ser custodiado con todo cuidado, como María de Betania lo había conservado para Jesús. Del mismo modo nosotros debemos custodiar el amor con el que el Señor ha perfumado nuestra vida, para que no se disipe ni pierda su aroma.

«Significa ser conscientes del don recibido, recordando que el perfume no sirve para nosotros mismos sino para ungir los pies de Cristo, anunciando el Evangelio y sirviendo a los pobres; significa vigilar sobre nosotros mismos, porque la mediocridad y la tibieza espiritual están siempre al acecho».

Siempre debemos alimentar la llama de la fe

Por ello, el Obispo de Roma ha invitado a ver con gratitud la historia que nos ha precedido, la semilla de la fe esparcida aquí por los misioneros, las escuelas de formación para los agentes pastorales y tantas cosas más. Pero, en realidad, siempre debemos alimentar la llama de la fe.

«Por eso quisiera decirles: no dejen de profundizar en la doctrina cristiana, de madurar en la formación espiritual, catequética y teológica; porque todo esto es necesario para anunciar el Evangelio en su cultura y, al mismo tiempo, purificarla de formas y tradiciones arcaicas y, a veces, supersticiosas».

Hay muchas cosas preciosas en su cultura, ha dicho el Papa, pensando especialmente en la creencia en la resurrección y en la presencia de las almas de los muertos; sin embargo, todo esto debe ser purificado siempre a la luz del Evangelio y de la doctrina de la Iglesia. Ha instado a comprometerse en esto, pues «toda cultura y todo grupo social necesitan purificación y maduración».

Difundir el perfume

El segundo aspecto que el Papa Francisco ha destacado ha sido el de difundir el perfume. Por ello, la Iglesia existe para evangelizar, y nosotros estamos llamados a llevar a los demás el dulce perfume de la vida nueva del Evangelio. Y como María de Betania para ungir a Jesús, es necesario romper el frasco de alabastro que contenía el bálsamo perfumado.

 

«La evangelización se hace posible cuando nos atrevemos a ‘romper’ el frasco que contiene el perfume; a romper el ‘caparazón’ que frecuentemente nos encierra en nosotros mismos y salir de una religiosidad mediocre, cómoda, vivida sólo por una necesidad personal».

El Evangelio tiene la fuerza de generar una sociedad nueva

Timor Oriental, arraigado en una larga historia cristiana, necesita hoy un renovado impulso de evangelización, ha indicado el Papa Francisco, para que llegue a todos el perfume del Evangelio: un perfume de reconciliación y de paz después de los sufridos años de la guerra; un perfume de compasión, que ayude a los pobres a levantarse y suscite el compromiso de mejorar la suerte económica y social del país; un perfume de justicia contra la corrupción.

«De manera especial, el perfume del Evangelio necesita ser difundido contra todo lo que humilla, degrada e incluso destruye la vida humana; contra las plagas que generan vacío interior y sufrimiento, como son el alcoholismo, la violencia y la falta de respeto a la dignidad de la mujer. El Evangelio de Jesús tiene la fuerza de transformar estas realidades oscuras y de generar una sociedad nueva».

Necesitamos un nuevo impulso del Evangelio

Y dirigiéndose especialmente a los sacerdotes, el Santo Padre ha dicho que se ha enterado de que el pueblo se dirige a los sacerdotes afectuosamente llamándoles «Amu», que es un título muy importante, que significa «señor». Pero esto, les ha dicho el Pontífice, no debe hacerles sentirse superiores al pueblo, ni llevarles a la tentación de la soberbia y del poder; no debe conducirles a pensar en su ministerio como un prestigio social, actuando como dirigentes que aplastan a los demás.

«Recordemos que con el perfume debemos ungir los pies de Cristo, que son los pies de nuestros hermanos en la fe, empezando por los más pobres. Es elocuente el gesto que aquí los fieles realizan cuando se encuentran con ustedes, sacerdotes: toman vuestra mano consagrada y la acercan a su frente como un signo de bendición. Es bonito constatar el afecto del Pueblo santo de Dios en este signo, porque el sacerdote es un instrumento de bendición. Jamás debe aprovecharse de su oficio, sino que siempre debe bendecir, consolar, ser ministro de compasión y signo de la misericordia de Dios».

Antes de concluir su discurso, el Papa Francisco les ha recordado que el perfume más valioso es el de Cristo y su Evangelio, que enriquece la vida y la llena de alegría. Y les ha dicho que «Dios sabe cómo cuidar bien a aquellos que ha llamado y enviado a la misión».

Con información de Vatican News /Infocatólica

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