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El Papa Francisco hizo en la enseñanza de hoy unos comentarios de tinte psicológico con aplicación espiritual.
Foto: Vatican Media
Redacción (05/10/2022 08:55, Gaudium Press) Continuando con sus catequesis sobre el discernimiento, el Papa Francisco hizo en la enseñanza de hoy unos comentarios de tinte psicológico con aplicación espiritual.
Habló él de ciertas “contraseñas” espirituales que cada uno tiene. Son estas por ejemplo “palabras que tocan el corazón porque se refieren a lo que somos más sensibles”. El maligno, que para atacarnos busca conocer al dedillo nuestra psicología, y que por tanto “conoce bien estas palabras clave” usa de estas para como que tocarnos los nervios en carne viva, tentándonos, ‘hipnotizándonos’, engañándonos “con el señuelo”, en los diversos ámbitos de nuestra vida.
Puede ser cosas con apariencia de “bellas pero ilusorias”.
Es por esto que es necesario un buen conocimiento de nosotros mismos, un auto-discernimiento, en el que sepamos cómo son “nuestras facultades humanas: memoria, intelecto, voluntad, afecto”.
Este conocimiento de nuestra dimensión humana, favorece nuestro camino espiritual, pues si nos ignoramos a nosotros mismos, tendremos tendencia a no ver como es que Dios puede actuar y actúa efectivamente en nosotros.
El realizar el conocimiento de sí mismo puede ser agotador, dijo el Papa; implica “desconectar el piloto automático”. Pero es un trabajo necesario, incluso para corregir una visión “sobre nosotros mismos y sobre la realidad [que] está a veces un poco distorsionada”.
Conocernos para prevenirnos
Conocernos a nosotros mismos nos faculta para prevenirnos y enfrentar la tentación, la cual “no sugiere necesariamente cosas malas, sino a menudo cosas desordenadas, presentadas con excesiva importancia. De este modo nos hipnotiza con la atracción que despiertan en nosotros estas cosas, que son bellas pero ilusorias, que no pueden cumplir lo que prometen, dejándonos al final una sensación de vacío y tristeza. Esa sensación de vacío y tristeza es una señal de que hemos ‘tomado’ un camino que no era el correcto, que nos ha desorientado”.
Estas cosas ‘bellas’ pero ilusorias pueden ser “un título, una carrera, las relaciones, todas cosas en sí mismas loables”, pero que pueden ser tomadas para una auto-promoción alejada de Dios.
Conociéndonos a nosotros mismos, podemos mejor prevenirnos de todo lo que pueda manipular esas claves de nuestra alma, hasta incluso de la publicidad.
En la línea de nuestro auto-conocimiento está el examen de conciencia, que incluye “el buen hábito de releer con calma lo que ocurre en nuestro día, aprendiendo a notar en nuestras evaluaciones y elecciones a qué damos más importancia, qué buscamos y por qué, y qué encontramos finalmente”.
“Sobre todo, aprender a reconocer lo que sacia el corazón. Porque sólo el Señor puede darnos la confirmación de nuestro valor… No hay obstáculo ni fracaso que pueda impedir su tierno abrazo”.
Con información de Vatican News
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