sábado, 20 de abril de 2024
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San Vicente Ferrer, los milagros que hacía se contaban por montones

Su popularidad era gigantesca. Luchó bastante contra las tentaciones contra la pureza.

San Vicente Ferrer 2

Redacción (05/04/2021 07:40, Gaudium Press) San Vicente Ferrer nace en Valencia, España, en 1357, de padres bien católicos.

Desde chico se vio que tenía capacidades intelectuales excepcionales. Los padres consiguen que estudie filosofía y teología muy joven, antes de los 18 años. Esta capacidad de estudio la combina con numerosas prácticas de piedad.

Cuando tenía esta edad, 18, entra a los dominicos. Seis años después ya enseñaba filosofía a los religiosos de esta comunidad.

Dios permitió que sufriera fuertes tentaciones contra la castidad que él yuguló con oración y mortificación. Un día incluso una mujer simuló enfermedad, y cuando el santo fue a asistirla con sacramentos, le hizo propuestas indecorosas. San Vicente salió del lugar y la mujer lo acusó falsamente. Pero nadie le creyó, pidió perdón al santo, y este la curó de un mal oculto que Dios le había enviado por causa de sus pecados.

Fue un gran misionero. Predicó en Francia, Italia, Inglaterra, en España por supuesto.

El Cardenal Pedro de Luna, anti-Papa Benedicto XIII, le tenía en alta estima. San Vicente fuertemente influía en él para que abandonase la dignidad pontificia y así reconducir a la Iglesia a la unidad en el cisma de Avignon.

Convirtió mucha gente, hizo muchos milagros. Las gentes eran ávidas de sus predicaciones, y acudían en masa a verlo.

Cuando predicaba con presencia de muchas gente, ocurría algo milagroso y era que todos le escuchaban como si el santo estuviese a su lado. Y además ocurría que hablando en su propia lengua, todos, personas de diferentes idiomas, le entendían. En la diócesis de Viech renovó el milagro de la multiplicación de los panes. En Salamanca, con su palabra devolvió un muerto a la vida.

Ocurrió que había una mujer judía que seguía sus predicaciones, pero murmurando. En una ocasión no pudo ocultar su furia contra las palabras del santo, y salió de la iglesia hablando en voz alta contra lo dicho. El santo ordenó que le abrieran paso y cuando estaba en el pórtico, este cayó sobre ella y la mató. El santo dice: “Mujer, en nombre de Cristo, vuelva a la vida”, la mujer resucita y se convierte a la Iglesia.

Siempre fiel a sus votos religiosos, vivía siempre austero.

Murió el 5 de abril de 1419, cuando tenía 62 años.

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