sábado, 20 de abril de 2024
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Santa Ángela de la Cruz, la Madre de los Pobres sevillana

Fundadora de la Compañía de la Cruz.

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Redacción (05/11/2021 08:58, Gaudium Press) Hoy celebramos, entre otros santos a Santa Ángela de la Cruz (en el mundo María de los Ángeles Guerrero González) Fundadora, llamada Madre de los Pobres. Nace en Sevilla en 1846, en una familia del pueblo. Sus padres eran los cocineros de los sacerdotes Teatinos de Sevilla, pero pronto fue huérfana de padre.

De chica, ya su presencia de pureza y virtud imponía respeto. Tuvo que trabajar desde muy joven, 12 años, para ayudar a su familia. Lo hizo en una zapatería, de doña Antonia Maldonado, que mucho la quería. Ahí en el taller, hacía que se rezase el rosario, aumentando la productividad.

En la peste de cólera que asoló Sevilla de 1865 Ángela se explaya en atender a los pobres. Decide en ese entonces de “meterse a monja”.

Santa Angela de la Cruz

Quiso ser carmelita descalza, pero no la recibieron pues era menudita y frágil. Luego entró a las Hermanas de la Caridad, pero hubo de salir del convento al enfermar. Entonces se dijo a sí misma: “Seré monja en el mundo”, y promete, delante de un crucifijo, vivir los consejos evangélicos. Pasará a llamarse Ángela de la Cruz.

Formula en 1873 votos perpetuos fuera del claustro. Adquiere un lema, su divisa: “Hay que hacerse pobre con los pobres”.

Pero entonces una idea le viene continuamente a la cabeza, la de formar la “Compañía de la Cruz”. Pronto se le une Josefa de la Peña, persona con recursos económicos. Luego otras. Alquilan su primer “convento”, que era un cuarto con derecho a cocina en una casa, y ahí comienzan su servicio a los necesitados. Luego se trasladas a una casa, adquieren un hábito. El Cardenal Spinola les da su bendición en 1876.

Las cruces no faltarán en su vida, ni en la de las religiosas, pero la obra se sigue expandiendo, ejerciendo su acción benéfica a todos los rincones de Andalucía. Llega finalmente la aprobación romana.

Insistía en la humildad: “No ser, no querer ser; pisotear el yo, enterrarlo si posible fuera…”. También animaba a amar la Cruz de Cristo.

Juan Pablo II la beatifica en Sevilla el 5 de noviembre de 1982. La canoniza este mismo Papa, ahora en Madrid, el 4 de mayo de 2003.

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