En el Ángelus, el Papa recomendó redescubrir la belleza del Bautismo

Ciudad del Vaticano (Martes, 15-01-2013, Gaudium Press) A pesar del mal tiempo fieles y peregrinos no dejaron de ir hasta la Plaza San Pedro para rezar la oración del Ángelus con el Papa Benedicto XVI.

El domingo fue la Fiesta del Bautismo del Señor y el Santo Padre recordó, en el discurso que precedió a la oración mariana, que en este domingo se encierra el período litúrgico de la Navidad.

Jesús va al río Jordán para ser bautizado por Juan. ¿Cómo explicar este gesto que marca el inicio de la vida pública de Cristo, si en el Salvador jamás hubo la menor sombra del pecado? ¿Qué llevó a Nuestro Señor a practicar ese gesto de penitencia y conversión?

El Sumo Pontífice respondió él mismo la pregunta explicando que, en ese acto, todo se resume en una sola palabra: amor. Amor que es el mismo nombre de Dios. Dios envió a su Hijo unigénito al mundo para que nosotros recibiésemos la vida por medio de Él. Un acto de Amor.

En el Evangelio, San Lucas narra que, recibido el Bautismo, mientras Jesús rezaba, el Espíritu Santo descendió sobre él: Era la respuesta de Dios a la oración de Cristo.

Jesús es el hombre nuevo que quiere vivir como hijo de Dios, o sea, en el amor. El hombre que, delante del mal del mundo, escoge el camino de la humildad y la responsabilidad, no escoge salvarse a sí mismo, sino ofrece la propia vida por la verdad y la justicia.

«Ser cristianos significa vivir así», dijo el Papa. «Pero este género de vida comporta un renacimiento: renacer de lo alto, de Dios, de la Gracia. Este renacimiento es el Bautismo, que Cristo donó a la Iglesia para regenerar a los hombres para la vida nueva».

Memoria del propio Bautismo

El Papa recordó la celebración que había sido realizada minutos antes en la Capilla Sixtina cuando el Santo Padre bautizó a un grupo de niños. «En este momento, me gustaría extender mi oración y mi bendición a todos los recién nacidos; pero, principalmente, me gustaría invitar a todos a hacer memoria del propio Bautismo, de aquel renacimiento espiritual que nos abrió el camino de la vida eterna. Pueda cada cristiano, en este Año de la Fe, redescubrir la belleza de haber renacido de lo alto, del amor de Dios, y vivir como su hijo».

Con informaciones de la Radio Vaticana.