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Nueva York (Martes, 25-09-2012, Gaudium Press) El Obispo de Brooklyn, Mons. Nicholas DiMarzio, realizó una fuerte declaración en contra de la decisión, anunciada por las escuelas públicas de Nueva York, de proveer fármacos abortivos y anticonceptivos de efectos prolongados a los estudiantes. La medida afectará estudiantes desde los 14 años de edad y fue calificada por el prelado como «trágica y desorientada».
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| Mons. Nicholas DiMarzio, Obispo de Brooklyn. |
«Los padres tienen el deber y la responsabilidad de ser los primeros y más importantes educadores de sus hijos», afirmó Mons. DiMarzio, quién rechazó categóricamente que los abortifacientes y anticonceptivos estén disponibles a los menores «sin el conocimiento y consentimiento de sus padres». La medida «usurpa este rol, y permite al sistema de escuelas públicas sustituir con sus propios valores y creencias aquellos de los padres». El prelado comparó esa política con la autorización requerida para procedimientos médicos, tatuajes o incluso el uso de cámaras de bronceo.
El Obispo también recordó que las escuelas no tienen el conocimiento completo sobre la salud de sus estudiantes, ni pueden juzgar sobre lo que mejor les conviene a los jóvenes. «Se ha demostrado por años de experiencia que los anticonceptivos no son la solución al problema de la actividad sexual de los adolescentes», resaltó. Pese a la intensa campaña de promoción de estos métodos artificiales y su disponibilidad extendida, las tasas de conductas de riesgo y embarazo adolescente «continúan siendo inaceptablemente altas y nuestra tasa de abortos es una desgracia nacional».
«La abstinencia antes del matrimonio es la única forma segura para evitar los embarazos y las enfermedades», aclaró Mons. DiMarzio, «al tiempo que permite a los menores practicar la virtud y la responsabilidad». «Las escuelas públicas deberían mejor promover lo que se sabe que funciona y no continuar siguiendo un experimento fallido que sólo conduce a mayores problemas para la sociedad y los jóvenes».
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