jueves, 28 de marzo de 2024
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Cardenal Presidente de Episcopado Brasileño habla de la importancia de ir al encuentro del otro como forma de Evangelización

Aparecida (Miércoles, 31-10-2012, Gaudium Press) El Papa Benedicto XVI dio inicio al Año de la Fe el pasado día 11 de este mes, desde entonces obispos de todo el mundo se movilizan por las acciones de este tiempo de oración y en especial por la Evangelización. En este tema, el Cardenal Arzobispo de Aparecida y Presidente de la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil (CNBB), Mons. Raymundo Damasceno Assis, habló de la importancia que tiene ir al encuentro del pueblo.

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Crear comunidades de fe y de vida cristiana, es la propuesta del Card. Damasceno, tras los pasos del documento de Aparecida

«Yo creo que es importante que nosotros salgamos al encuentro de nuestro pueblo, sobre todo en las periferias de nuestras grandes ciudades. El Brasil, y yo diría América Latina de modo general, pasan por un proceso cada vez más fuerte de urbanización. Las poblaciones se están concentrando en las grandes y medianas ciudades. Hoy, en Brasil ya cerca del 80% de la población está viviendo en las ciudades. Entonces, es claro que las ciudades aumentan, crecen y nosotros muchas veces no tenemos un número suficiente de ministros ordenados y muchas veces tampoco tenemos el número suficiente de laicos preparados para atender las necesidades religiosas, espirituales de esta población que crece cada vez más en nuestras ciudades».

Mons. Damasceno no solo habló de la necesidad, sino también de las maneras cómo el fiel debe ir a ese encuentro: «¿De qué manera ir al encuentro de ellos? Crear centros de encuentro de las personas que viven en estas áreas, crear pequeñas comunidades, como vimos en el Documento de Aparecida: hacer de la Iglesia una red de pequeñas comunidades eclesiales, vinculadas a la parroquia, la diócesis, porque nosotros debemos siempre promover y estimular una pastoral orgánica, de conjunto. Por tanto, este trabajo no puede ser autónomo, no puede ser independiente».

Según el Cardenal, para eso es necesario que se abra espacio a la actuación del laicado: «es claro también de los religiosos y religiosas, porque el sacerdote solo no consigue atender a esta demanda de la población más distante de la matriz, de la sede parroquial propiamente dicha», finalizó.

 

 

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