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19 jóvenes ingresan al Seminario Santo Toribio de Mogrovejo, en Lima

Lima (Jueves, 06-02-2014, Gaudium Press) Tras varias semanas de discernimiento en la convivencia de admisión y los momentos de incertidumbre previos, un grupo de 19 muchachos recibió la respuesta que les cambiaría la vida: habían sido admitidos en el Seminario Santo Toribio de Mogrovejo, de la Arquidiócesis de Lima, para iniciar su camino hacia el sacerdocio.

Esta nueva promoción de 19 jóvenes provenientes de los diferentes distritos de la arquidiócesis de Lima ha tomado la decisión de seguir su vocación y responder al llamado de Dios.

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«He podido descubrir más a Dios; y sobre todo y lo más importante la voluntad de Dios con la carta de admisión que confirma lo que en oración podía presentir», expresa Ítalo Melandri, uno de los ingresantes más jóvenes, a quien la pregunta «¿Has pensado ser sacerdote?» le cambió la perspectiva de su vida y lo motivó a seguir este camino de perseverancia.

Otro de los jóvenes ingresantes, Sebastián Jara, recordó los momentos previos a recibir la gran noticia: «Pasan 10 mil cosas por tu mente, toda la etapa que he vivido acá, hasta pasar la puerta de la rectoría y que el padre te dé tu carta, leerla y ver «Aceptado» es una gran emoción que te embarga».

Un momento culmen del ingreso de los 19 nuevos seminaristas fue la llegada del Cardenal Juan Luis Cipriani, Arzobispo de Lima, quien quiso ser parte de ese momento celebrando una Santa Misa en la capilla de la Casa de Nazareth y dirigiéndoles algunas palabras de ánimo.

«No es que uno diga Ya no tengo defectos, ya soy humilde, ya aprendí todo. No. Y me dirán ‘Este camino es arduo’. No tan arduo, si dejas que el Señor te ayude es muy bonito y alegre. El destino del hombre sobre la tierra es luchar por amor hasta el último instante», reflexionó el purpurado.

Tras la celebración eucarística el Cardenal compartió con ellos una conversación cercana y paternal, donde los exhortó a estar siempre atentos a los signos de Dios.

Antes de finalizar la jornada el Arzobispo de Lima retó a los jóvenes a un juego de ping pong en el que demostró que su espíritu deportivo continúa aún vigente.

Con información de la Arquidiócesis de Lima

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