jueves, 25 de abril de 2024
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"Encontré a Dios y a la Virgen en las prisiones comunistas", relata veterano preso político vietnamita

Ciudad de Ho Chi Minh (Martes, 01-04-2014, Gaudium Press) Nguyen Huu Cau es uno de los presos políticos que mayor tiempo pasó en cautiverio en Vietnam. Habiendo combatido en el ejército de Vietnam del Sur, en le grado de capitán fue capturado y condenado a muerte tras la reunificación del país bajo el régimen comunista. Pero en la cárcel encontró la libertad de su espíritu y la fe católica. «El amor de Dios y de la Virgen María me ha cambiado. Ya no odio a mis hermanos y hermanas», afirmó, refiriéndose de esa forma a los miembros del régimen que lo condenó. Está en libertad desde el 22 de marzo de 2014 y relató su conversión al informativo Catholic News.

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Nguyen Huu Cau relata su testimonio a los católicos en una Eucaristía celebrada en Hanoi tras su liberación. Foto: Chuacuu The News.

El sufrimiento de Huu Cau comenzó tras las guerra de 1975, cuando el país quedó bajo control de los comunistas. El entonces poeta fue sentenciado inicialmente a varios años de trabajos forzados en 1982 a causa de sus escritos y composiciones que criticaban al gobierno. El avance de su proceso judicial marcó su trágico destino: en 1983 fue sentenciado a muerte, bajo el cargo de «sabotaje» y de daños a la imagen del régimen a causa de sus denuncias de atropellos contra la población. Cuando pudo demostrar su inocencia, sólo consiguió que su ejecución fuera reemplazada por una pena de cadena perpetua.

Perdió la visión, pero encontró la fe

Las condiciones de su reclusión fueron inhumanas, y finalmente lo dejaron casi sordo, ciego de su ojo izquierdo y con graves limitaciones visuales en el derecho. Pero Huu Cau encontró una visión trascendente para su vida en medio de la tribulación. «En la Pascua de 1986, hace 28 años, fui bautizado en prisión por el Padre Joseph Nguyen, de la Compañía de Jesús». El sacerdote, también recluido, le enseñó los contenidos esenciales de la fe cristiana, el catecismo y diversas oraciones.

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Huu Cau ocupa la primera fila en el templo, practicando finalmente su fe de forma libre. Foto: Chacuu The News.

«Yo estaba atado con una cadena larga de 90 eslabones. Hice de la cadena mi Rosario con 50 eslabones», relató. «Este es mi primer Rosario. Tal vez el ‘más severo’ Rosario del mundo». El tiempo de cautiverio fue aprovechado entonces por el preso político para practicar las devociones aprendidas. Rezaba siete veces el Santo Rosario y cinco veces el Santo Via Crucis cada día. El hermano Paul, otro de los reclusos, le fabricó una cruz pequeña con la corteza de cocos.

El preso compuso entonces una canción en honor de la cruz de Cristo, sentida en carne propia en los años de confinamiento. «La Santa Cruz viene a mí desde las profundidades del mundo», recordó. «sostuvo a los hombres en esta prisión terrena». A pesar de sus muchas dificultades, explicó: «Yo siempre he creído en el amor de Dios».

Como recuento de su experiencia, que culminó con una amnistía finalmente concedida por el presidente vietnamita Tuong Tan Sang, Huu Cau explicó el significado de su conversión. «El amor de Dios y de la Virgen María me ha cambiado. Ya no odio a mis hermanos y hermanas (comunistas). Tenemos las mismas raíces», relató. «Es por eso que debemos amarnos unos a otros. Y, una vez más, yo creo en la Trinidad y en la Virgen María. Esto me permitió superar los abismos del destino y evitó que me suicidara durante mis años de prisión».

Con información de Asia News.

 

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