viernes, 17 de mayo de 2024
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"Los Santos son la sonrisa de Dios": Homilía del Cardenal Angelo Amato en la Beatificación de la Madre María Inés Teresa del Santísimo Sacramento

México, Distrito Federal (Lunes, 23-04-2012, Gaudium Press) Tras celebrar el sábado pasado el rito de beatificación de la Madre María Inés Teresa Arias, el enviado del Papa Benedicto XVI, el Cardenal Angelo Amato -Prefecto para la Congregación de la Causa de los Santos- realizó una brillante homilía en la que resaltó las virtudes de la fundadora de la Familia Inesiana y el nuevo «don que Su Santidad» dio a México y a la Iglesia, con esta beatificación.

Tras haber realizado el saludo de protocolo y haciendo alusión al bendito lugar donde se llevó a cabo la celebración y a las apariciones de Ntra. Sra. de Guadalupe en el Tepeyac el Cardenal Amato expresó: «La misión especial de María ha sido la de conducir a los bautizados a Cristo Rey, haciendo florecer mártires y santos, que han sido testigos heroicos del Evangelio de la vida, de la verdad, de la justicia y de la paz. La Madre María Inés Teresa del Santísimo Sacramento es uno de estos testigos heroicos, que ha puesto todas sus energías de la naturaleza y de la gracia al servicio del reino de Cristo, según el lema: «Es urgente que Cristo reine»».

Sin título.pngY agregó haciendo referencia a la imagen oficial de la beatificación: «muestra… a Nuestra Señora de Guadalupe que, sonriendo, llena de rosas las manos de la Madre María Inés, significando las muchas gracias espirituales concedidas a ella para la santificación propia y para la valiente empresa de la fundación de dos congregaciones religiosas misioneras. De hecho, fue la dulce Morenita la que transformó una monja de clausura en apóstol y misionera del Evangelio. Fue el amor mariano guadalupano el que infundió en su corazón el ansia de llevar a toda la humanidad a Cristo Eucaristía y su Corazón misericordioso.»

En el marco de la muy reciente visita de Su Santidad Benedicto XVI a tierras cristeras, el Cardenal amato resalto que la beatificación » es otro don que el Santo Padre Benedicto XVI, hace a la Iglesia y a todo el pueblo mexicano.»

Y agregó: «El Papa ama vuestra noble patria. A ella ha venido como peregrino para alentarles a ser firmes en la esperanza. Los mexicanos son un pueblo fuerte, un «pueblo que tiene valores y principios, que cree en la familia, en la libertad, en la justicia, en la democracia y en el amor a los demás». Ustedes son un pueblo joven, acogedor, creativo, religioso, con una gran historia de civilización. Ustedes merecen superar todas las dificultades para vivir serenamente en la solidaridad y en la concordia. La visita del Santo Padre ha sido una inyección de ánimo para un futuro de paz, de concordia y de bienestar.»

«La beatificación de la madre María Inés Teresa del Santísimo Sacramento es también un reconocimiento de la Iglesia a una mujer, que ha encarnado ejemplarmente las mejores cualidades humanas y espirituales de su pueblo, dignificándolo con la heroicidad de sus virtudes y difundiendo el perfume de la santidad, hecha de fe profunda, de esperanza firme, de caridad inmensa», agregó.

El Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos brindó a los fieles una breve biografía de la Beata Madre María Inés Teresa en la que la llamó una joven valiente, de carácter abierto, sencillo y sereno, que persiguió su vocación de monja de clausura fuera de México al encontrarse este país en plena persecución religiosa.

«Era generosa en el trabajo, ferviente en la oración, humilde, sacrificada y siempre dispuesta a la ayuda», destacó.

«Más tarde, el carácter abierto y dinámico, propio de la vida activa, impulsó a nuestra Beata a desear un apostolado, que pudiera desempeñarse también fuera del monasterio, en una auténtica misión evangelizadora, para difundir el mensaje de Cristo en tierras lejanas. Este sueño se realizó en 1945 en Cuernavaca, con seis religiosas provenientes del Ave María. Estas Misioneras clarisas del Smo. Sacramento unían la vida contemplativa con la activa, bajo la protección de la Santísima Virgen de Guadalupe».

«El carisma vivido por Madre Inés y transmitido a sus discípulas es el ansia misionera, realizada con la catequesis, con el testimonio y sobre todo con una auténtica ‘missio ad gentes’. La Madre Inés fue una misionera infatigable», continuó.

Tres familias religiosas

«De esta vocación nacieron, además de las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento, los Misioneros de Cristo para la Iglesia Universal. A estas dos congregaciones se une el movimiento Van-Clar, formado por laicos que tienen como fin vivir el santo Evangelio mediante la práctica de las promesas bautismales en el propio ambiente familiar, profesional, social y eclesial según el lema: «Vivir por Cristo».»

Y el Cardenal puntualizó: «Nadie duda de la gran actualidad de este carisma misionero. Hoy, en América Latina y en toda la Iglesia, es urgente la evangelización, no solo como primer anuncio a los que no conocen el Evangelio, sino también como nueva propuesta de la palabra de Dios a los que la han olvidado y descuidado y que llevan una existencia lejana de la verdad de la palabra de Jesús y de los sacramentos salvíficos de la Iglesia.»

«La Iglesia necesita misioneros y el deseo de nuestra Beata fue precisamente la de dar a la Iglesia misioneros del Evangelio.»

Citando el «Documento de Aparecida» en relación a la actividad misionera, el Cardenal Amato dique que «ante una agresiva cultura anticristiana y un vacío relativismo religioso, la Iglesia latinoamericana reafirma la novedad del Evangelio, que está bien enraizado en la historia de su pueblo. Más que en las estructuras, los obispos insisten en las personas, en el testimonio de «hombres y mujeres nuevos, que encarnen la tradición religiosa católica y la novedad del Evangelio, como discípulos y misioneros de su reino, protagonistas de vida nueva para América Latina».»

Y prosiguió: «Es un gran don de la divina Providencia la celebración de hoy, que presenta la glorificación de una Consagrada latinoamericana, que ha encarnado este proyecto misionero de los Obispos, mediante su vocación a la santidad y a la misión.»

Volver a encender la llama de la ‘missio ad gentes’

«La nueva Beata nos invita a todos, y en primer lugar a sus Hijas espirituales, a volver a encender la llama de la misión, de la missio ad gentes, de la llamada a la conversión y al bautismo, que purifica el ser humano del pecado revistiéndolo de la gracia divina. Las Misioneras Clarisas del Smo. Sacramento deben ser las primeras en esta renovada obra de apostolado.»

Resaltó la centralidad de la Madre María Inés en el amor misericordioso de Cristo eucaristía, y en la obediencia a la Iglesia y a sus pastores. «El magisterio de la Iglesia era la brújula que guiaba sus proyectos misioneros, bajo la protección de Nuestra Señora de Guadalupe».

«El heroísmo de su fe se manifestaba en una esperanza que era confianza plena en la presencia providente de Dios. Su mirada se dirigía al cielo y su corazón estaba anclado en el corazón sacratísimo de Jesús, de quien provenía su energía y entusiasmo apostólico.»

«Su vida extraordinariamente virtuosa estuvo adornada por una sonrisa perenne. En sus apuntes encontramos este propósito: «Una sonrisa cuando se quiera manifestar molestia; sonreír siempre, incluso cuando esta sonrisa nos duela más».»

La beatificación de hoy es la fiesta de la santidad, pero también la fiesta de la alegría, porque los santos son la sonrisa de Dios en nuestra tierra.

Gaudium Press / Ma. del Carmen Sierra Torre

 

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